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se producen debido al llenado excesivo de las venas en la región anal. Suelen desarrollarse tras periodos de estreñimiento o diarrea.

Fisura anal: herida provocada, normalmente, en periodos de estreñimiento. La fisura produce una contracción mantenida del esfínter anal, lo que impide su cicatrización.

Fístula y absceso perianal: debido a una obstrucción de las glándulas anales, se produce una infección (absceso perianal). Esta infección busca las zonas de menor presión para poder salir  y produce distintos trayectos (fístulas) con una supuración crónica. La Enfermedad de Crohn, a veces, también produce fístulas perianales complejas.

Síntomas

Hemorroides: bultos anales, dolor y sangrado anal (normalmente con las deposiciones).

Fisura anal: dolor anal muy intenso que aumenta con la defecación  y sangrado anal.

Absceso perianal: fiebre, bulto en la zona del ano y el recto y dolor.

Fístula: punto cerca del ano por el que se produce una supuración continua.

Tratamiento

Dependiendo de la gravedad, el tratamiento puede ser médico, con pomadas que ayuden a la cicatrización y medicamentos en los casos más leves, o bien  quirúrgico en los casos más graves o que no hayan remitido con tratamiento médico.

Las cirugías de la región perineal suelen ser de rutina y la mayoría requiere por lo menos una noche de estancia hospitalaria para controlar el dolor del paciente.

Hemorroides: extirpación de los paquetes hemorroidales

Fisura anal: se corta parte del esfínter anal (esfinterotomía lateral interna) para que esta relajación permita la cicatrización de la herida (fisura).

Absceso perianal: se suelen intervenir de forma urgente y su tratamiento consiste en  el drenaje quirúrgico (extracción de las secreciones de pus y sangre)

Fístula: requiere realizar pruebas de imagen para conocer su trayecto y extirpar o abrir la fístula.