Amebiana: debida a infección por amibas, es causada por el parásito llamado Entamoeba histolytica o Amoeba Coli. Este protozoo está distribuido en todo el mundo y generalmente se adquiere mediante la ingestión de agua o alimentos contaminados.
Isquémica: Como consecuencia del cierre de una arteria y la consiguiente falta de oxígeno a los tejidos del colon
Colon Irritable: trastorno funcional o de la motilidad del colon muy frecuente en nuestro tiempo y que la gente llama colitis nerviosa.
Vírica: Causada por virus
Idiopática: De causa desconocida
Poliposa: Inflamación de las últimas partes del colon debido a la presencia de levantamiento de la mucosa del colon llamados pólipos.
Ulcerosa: La colitis ulcerosa es una enfermedad inflamatoria del colon (el intestino grueso) y del recto. Está caracterizada por la inflamación y ulceración de la pared interior del colon.
Causas y Sintomas
Los factores que pueden originar la colitis son:
- Estrés
- Padecer gastritis ya que todo el ácido producido y almacenado en el estómago tiende a vaciarse hacia el intestino
- Bajo consumo de alimentos ricos en fibra,
- Consumo excesivo de comida irritante.
Síntomas que manifiestan la existencia de colitis.
Inflamación en la parte baja del abdomen
Sensación de mucho volumen en el estómago al terminar de comer
Expulsión de gases
Retortijones
Ruido intestinal
Dificultad para evacuar de forma normal
Heces delgadas o con forma de canicas
Dolor en la espalda baja y/o en algún cuadrante abdominal.
Prevención
Se recomienda incrementar la ingesta de frutas, verduras, cereales integrales (con cascarilla) hortalizas y té verde, ya que mantienen en buenas condiciones al aparato digestivo.
Moderar el consumo de grasas, productos derivados de la leche e irritantes del aparato digestivo, como café, cigarro, picante y bebidas gaseosas.
Beber al menos 8 vasos de agua al día (2 litros) mejora el funcionamiento intestinal en forma notable.
Reducir los niveles de ansiedad y estrés evita la aparición de colitis nerviosa, en el caso de personas aprehensivas pueden recurrir a técnicas de autorrelajación, práctica deportiva constante y uso de tranquilizantes naturales e infusiones de hierbas.
No ingerir alimentos en la calle o lugares con higiene deficiente, a fin de evitar el contagio de bacterias y parásitos perjudiciales.